Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros (Efesios 4:25).
Muchas personas dicen que no hay una forma correcta de vivir la vida. Que no hay un manual que nos pueda ayudar a entender la existencia, ni ciertas instrucciones que nos indiquen cómo debemos vivir.
Sin embargo, nosotros los cristianos creemos que la vida SÍ viene con un instructivo, y que éste fue dejado por el Creador. Ese instructivo es la Biblia y en ella se nos señala tanto el camino a seguir como las cosas que debemos evitar. En pocas palabras, la Biblia es el mapa a la felicidad.
Si hemos creído en Cristo, debemos aprender a vivir de acuerdo con las instrucciones que Dios nos ha dejado.
Sucedió en el sur de África, que el gobierno premió a uno de los hombres de campo, agricultor de profesión, regalándole un automóvil. Debido a que su trabajo generó grandes ganancias para el gobierno, el presidente lo condecoró regalándole un vehículo.
Sin embargo, un año después, cuando el presidente fue a visitarlo, lo encontraron arriba del automóvil, siendo empujado por dos toros. Aquel agricultor, nunca vio un automóvil en funcionamiento. De acuerdo con su criterio, la forma de echarlo a andar era por medio de dos bestias. Esto se volvió un objeto de burla.
En la vida cristiana, cuando no sabemos cuáles son las reglas y llevamos a cabo nuestra vida sin la sabiduría de Dios, eso trae mucha vergüenza y quebranto. Por lo tanto, debemos aprender a vivir de acuerdo con las instrucciones de Dios. Entonces, ¿cuáles son esas instrucciones?
En Efesios 4, Pablo dice que cuando uno se convierte a Cristo debe despojarse de la vieja vida cómo nos quitaríamos de encima una ropa que ya no nos sirve. En el versículo 25 en adelante habla de las cosas que debemos desterrar de nuestra vida.
Primero, debemos desechar la mentira y hablar la verdad. Existen mentiras que se dicen deliberadamente y otras que se dicen indirectamente. Mentiras cuando se omiten partes de la verdad y mentiras cuando se calla. De todas las mentiras debemos apartarnos, y debemos hablar la verdad.
El Dr. John Hunton dice en relación a la educación de los niños: “Acostumbren a sus hijos continuamente a decir la verdad. Si pasa un ave azul por la ventana, y ellos dicen por error, por descuido o por olvidadizos que fue un ave roja, no lo pasen por alto. Corríjanlo inmediatamente”.
Y añade: “La mentira asalta a las mentes descuidadas. Pero si desde el principio nos obligamos a decir la verdad, seremos guardados de este mal. Un poco de mentira, por ignorancia o por descuido, no sabemos a dónde nos pueda llevar”.
Ahora que hemos creído en Cristo y que somos niños espirituales, debemos obligarnos a decir la verdad siempre que se nos requiera y siempre que haya ocasión. La verdad duele un momento, pero la mentira puede doler toda la vida.
Segundo, Pablo dice que no pequemos al estar enojados. Y que si estamos molestos, no llevemos con nosotros ese enojo al día de mañana. Los cristianos tienen permitido enojarse, molestarse y disgustarse. Pero, ¿hasta qué punto? Hasta el punto en el que mi enojo lastima, hiere y destruye a la otra persona. Al cruzar esa línea, es pecado.
Si usted está enojado con su mujer, en lugar de ahogarse en la ira, hable con ella. Es mejor decirle: “Querida, en este momento no deseo hablar porque estoy molesto. Hablaremos después”. Proverbios 15:1 dice: “…”.
Cuando dejamos que el enojo nos gobierne, eso da ocasión al maligno para llevarnos por medio de la ira a destruir nuestras vidas. Lutero decía: “No le hagáis espacio al diablo por medio de una ira incontrolable”.
Tercero, debemos vivir vidas honradas, libres de la avaricia, y como cristianos, debemos caracterizarnos por ser trabajadores y buenos empleados, si es que nos toca trabajar en alguna empresa. Hace tiempo, recibí una llamada del dueño de una empresa en donde trabajan dos de los cristianos de esta iglesia.
Ellos se propusieron ser puntuales, cumplir con sus metas mensuales, y trabajar diligentemente. Fue tal el impacto que causaron en el dueño que me llamó para decirme: “Si usted tiene más de esas personas, envíemelas. Esa clase de personas son las que necesitamos en esta empresa”.
Así debemos ser como cristianos. Debe caracterizarnos la diligencia y el esfuerzo. Seamos buenos empleados, buenos jefes, buenos empresarios, buenos estudiantes para la gloria de Dios. La vida sí viene con un instructivo, y ese es la Palabra de Dios.
Haga esta oración conmigo.
Amado Señor, queremos obedecerte y desterrar de nuestras vidas aquellas cosas que no van con la nueva vida en Cristo. Forja en nosotros el nuevo hombre, el hombre interior, para tu gloria y honra. Que a partir de este día seamos verdaderos, honestos y hablemos verdad unos con otros.
Ayúdanos a no ser controlados por la ira ni darle lugar al diablo. Tú dices que la blanda respuesta aplaca la ira. Que hoy, no gritemos, no ofendamos ni hagamos heridas en nuestro prójimo. Además, queremos ser personas esforzadas y diligentes en tu trabajo. No nos dejes pensar que esto está separado de la vida cristiana. Ayúdanos a ser buenos empleado, buenos jefes, buenos estudiantes. En el nombre de Jesús. Amén y amén.
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La mentira que nos decimos a nosotros mismos es muy profunda, la ciencia ha descubierto por medio de la Programación Neuro Lingüística que lo que declara nuestra boca el cerebro no distingue si es verdad o mentira, si es conveniente o nos va a ocasionar problemas, las creencias profundas que declaramos con convicción el cerebro las obedece sin ningún tipo de restricciones y se esfuerza por ejecutarlas en su totalidad, desde esa perspectiva , las mentiras que el espíritu del mundo, de la carne y del enemigo están constantemente bombardeando los pensamientos a través de la música, la tv y las redes sociales a la iglesia, reciba bendiciones y que El Señor continúe usando su vida y su ministerio, salud…