"ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse." (Mateo 5:14) Hace algunos años, leí una frase que marcó mi vida de una manera muy profunda. No solo por lo que esta frase significa sino por la situación que estaba viviendo. Eran tiempos adversos para mí en muchos sentidos. Eran los tiempos en los que, por más que lo intentaba, parecía que nunca saldría adelante. Por eso, esta frase vino a ser como un tesoro muy especial que guardé desde entonces en mi corazón. La frase, que en realidad es un dicho hebreo muy antiguo, dice así: “Aún en la más densa oscuridad, la luz de una luciérnaga representa el fin de las tinieblas”. Esta frase significa que la oscuridad no es importante; mientras exista una luz, por pequeña que esta sea, pone fin a las tinieblas. En realidad, lo que importa, no es lo difícil de una situación o lo dolorosa que pueda ser, si tenemos al menos una pequeña luz de esperanza, nuestro destino puede cambiar. La esperanza no es otra cosa sino ser capaces de ver que hay una luz a pesar de toda la oscuridad. Y quien tiene esperanza, puede superar las aflicciones del presente por dolorosas que puedan ser. En los campos de concentración de Auschwitz, durante la segunda guerra mundial había una habitación a la que eran llevados los presos envenenados, después de estar en la cámara de gas tóxico. Este era un lugar deprimente, de mucha agonía y dolor, donde ellos eran dejados para morir lentamente. Muchos años después de la guerra, alguien encontró una frase en una de las paredes de esta habitación, escrita por un judío agonizante. Esta inscripción decía: “Aunque las nubes sean oscuras, creemos que el sol está por encima de ellas. De la misma manera, creemos que Dios está con nosotros, por encima de esta situación, aunque todo sea sufrimiento y desesperación”. La esperanza es creer que Dios está con nosotros, no importando la situación. A pesar de la circunstancia que estemos viviendo, no debemos olvidarnos de Dios, sino que debemos permitir que su luz de esperanza ilumine nuestro camino. Lo cierto es que estamos viviendo tiempos difíciles. Como sociedad, como familias y como individuos nos encontramos frente a un gran desafío. Así como la noche llega irremediablemente y cubre todo a su paso, del mismo la adversidad del tiempo presente ha venido sobre nuestro país y nuestra sociedad. Debemos combatir las tinieblas del negativismo, de la desesperación y la depresión. Nuestra postura no debe ser rendirnos ante esta oscuridad, sino sobreponernos a ella y revertirla. Ahora, ¿cómo podemos hacerlo y a la vez convertirnos en personas de fe que afrontan el desafío con éxito? Tenemos que mantener la luz de la esperanza encendida en nuestros corazones. No podemos rendirnos y optar por una vida sumida en la oscuridad, la cual se caracteriza por traer ansiedad y dolor, así como una profunda falta de propósito. Tenemos que mirar a Dios, quién es el único que puede revertir nuestra situación. En cierta ocasión, el Señor Jesús les declaró a los discípulos que ellos tenían la luz de Dios y que, por ende, eran la luz del mundo. En Mateo 5:14 dice así: “14 Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse”. El Señor Jesús dijo que los hijos de Dios son la luz del mundo. Es importante resaltar que dicha luz no es propia. Es decir, esta luz no nace en nosotros sino que viene de Dios. Un sabio dijo que “Hay dos maneras de difundir la luz: Ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja”. En nuestro caso, nosotros tenemos la encomienda de reflejar la luz de Dios. Su luz brilla ahora mismo en nuestras vidas. La Biblia nos enseña que al creer en Cristo, nosotros hemos venido al reino de la luz. Mire lo que nos dice Colosenses 1:13 y 14: “13 Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención, el perdón de pecados”. Cuando creímos en Cristo y nos abandonamos totalmente a la confianza en su sacrificio y en su sangre, vinimos a estar en la luz. Dejamos atrás las tinieblas y ahora pertenecemos al reino celestial. Además, el apóstol Pablo, en Efesios 5:8, hizo una tremenda declaración: “Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz”. Afirmativamente, todos los que creen en Jesucristo, han dejado atrás las tinieblas y han venido a la luz de Dios. Sin embargo, ¿cuál es el significado de la luz y cuáles son sus características? En la Biblia, la luz se relaciona, en primer lugar con la ayuda de Dios y su socorro. El Salmo 27:1 dice así: “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?” Además, el Salmo 80:19 declara: “Restáuranos, Señor Dios Todopoderoso; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos”. Cuando decimos que la luz de Dios está en nuestra vida, nos referimos a que contamos con el favor su favor. No estamos en las tinieblas del temor o de la angustia por causa de estar desprovistos, sino que estamos tranquilos porque Dios está con nosotros. En segundo lugar, la luz se relaciona con la sabiduría de la vida. El Salmo 119:130 dice acerca de Dios: “La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo”. Por otra parte, el versículo 105 (de este mismo Salmo) añade: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”. La luz que necesitamos para vivir proviene de la Palabra de Dios. Cuando la leemos y la meditamos, podemos ver con claridad el sentido de la vida y Dios nos bendice con sabiduría para tomar decisiones asertivas. Vivir sin la luz de la sabiduría que nos es concedida por meditar en la Palabra, es como correr por la casa en la noche cuando todo está oscuro. Es seguro que tropezaremos y saldremos heridos. En tercer lugar, la luz en la Biblia, se relaciona con un carácter justo y limpio que honra a Dios y busca hacer su voluntad. Es decir, la luz es vivir como a Dios le agrada. Efesios 5:9 dice: “(El fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad)”. En otras palabras, tener la luz de Dios en nuestra vida consiste en vivir agradándole y honrándole en todo. La luz ciertamente es uno de los temas más sobresalientes y llamativos de toda la Biblia. Sin embargo, la definición por excelencia sobre la luz es que no se trata solamente de un elemento o de ciertas virtudes, sino que en realidad, la luz es una persona. Mire lo que nos dice la Biblia en Juan 1:9-12: “9 Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo. 10 El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció. 11 Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. 12 Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. En síntesis, Jesucristo es la luz. Cuando creemos en Cristo como Señor y Salvador, no solo pasamos al reino de la luz sino que la luz misma viene a nosotros. Jesucristo nos ayuda, nos sustenta y pelea nuestras batallas. Jesucristo nos imparte sabiduría, nos aconseja y nos enseña a tomar decisiones correctas que traen bendición a nuestra vida. Jesucristo nos da un corazón bondadoso, justo y que ama la verdad. En pocas palabras, todas las virtudes de la luz nos son impartidas por el Señor Jesús cuando Él está en nuestra vida. Volvamos a leer el versículo 12 de Juan 1, que dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. Es decir, quien recibe a Jesucristo y deposita toda esperanza en su gran Nombre, tiene la luz de Dios y se convierte en su hijo. El día de hoy, reciba esta preciosa luz. Acéptela en su vida. Cuando Jesucristo viene a usted, las tinieblas y toda oscuridad de amargura, de depresión y de ansiedad son disipadas como la niebla. Apóyese en Jesucristo y ponga toda esperanza en Él. Deje que su luz dirija su vida. Estamos viviendo en una era sombría y oscura. Pero nunca lo olvide, nosotros tenemos la luz celestial. Por esta razón, debemos vivir manifestando la luz de Dios a dondequiera que vamos. A partir de hoy, y en los días siguientes, quiero compartir con todos ustedes una serie de Meditaciones que he titulado: “La luz vence las tinieblas”, con la finalidad de ayudarle a usted a vencer la oscuridad de la depresión, la ansiedad y la falta de fe. Acompáñeme en este viaje y juntos encendamos la luz de la fe que transforma nuestro realidad. #As #MeditacionesAscender2020 www.ascenderiglesia.com Si deseas recibir los audios de las Meditaciones Ascender en tu celular, únete a uno de nuestros grupos oficiales, dando click aquí: https://chat.whatsapp.com/CqGLnLFVaNjDg9YeLtQLF7 Si Dios ha puesto en tu corazón hacer una ofrenda o un donativo para impulsar las Meditaciones Ascender, puedes hacerlo desde aquí: https://www.ascenderiglesia.com/donaciones
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