El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy (Mateo 6:11).
En todo tiempo, en casa una de las etapas de nuestra vida, Dios está dispuesto a ayudarnos y a extender su mano en favor nuestro. Esto es algo que nunca debemos olvidar, y es algo de lo que nunca debemos dudar. Cuando el Señor Jesús nos enseñó a orar, nos dijo que pidiéramos por las cosas de nuestro diario vivir. De acuerdo con Mateo 6:11 debemos orar: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”.
Un día, hace unos 5 años, estaba comenzando a preocuparme por el dinero de la renta. Ya se acercaba la fecha y yo no tenía el dinero completo. En ese entonces era maestro de preescolar y con mi sueldo tendría lo justo para pagar pero aun me quedaban cosas por suplir. Esa tarde, salí a caminar. Y orando le dije al Señor: “Padre, ¿podrías enviarme recursos? Tú sabes lo que necesito”.
Como era temporada de lluvias, el viento que soplaba era frío. Yo hice un alto en una acera y antes de volverme por el camino por el que venía, un viento sopló y puso delante de mis pies un puño de hojarasca. Entre las hojas, venía un billete de $500. Lo tomé y volví a mi hogar, no con $500, sino con la seguridad de que Dios suple y tiene maneras misteriosas de ayudarnos en todo.
Nuestro Dios está profundamente interesado en nuestro vivir cotidiano y en las necesidades que se nos presentan. Algunas personas dicen: “Dios contesta oraciones en relación a los problemas espirituales, pero no tiene tanto interés en las suplicas por cosas materiales”. Sin embargo, tales personas están equivocadas. Ellos confunden y distorsionan las palabras de la Biblia.
Antes de crear al hombre, podemos ver que Dios creó el mundo material y llenó el Edén con toda clase de seres vivos y cosas inanimadas. El Dios que creó el mundo material, tiene interés en su propia creación. Por eso, podemos orar: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”.
El pan diario incluye todo lo que necesitamos en nuestra vida cotidiana. Cosas tales como el vestido, el sustento, las necesidades e incluso cosas para la recreación. Ademas, esta oración involucra una buena salud. Si no tenemos una buena salud, no podemos trabajar para vivir. De hecho, carecer de buena salud es una carga muy pesada de llevar, y Dios ha prometido tomar nuestras cargas. Él no desea que vivamos bajo el yugo opresivo de la enfermedad.
Si usted está enfermo, pídale a Dios que le dé el pan diario de sanidad para poder disfrutar de un estado saludable. Pídale también a Dios que le dé el pan diario del trabajo, el pan diario de la bendición en los negocios y el pan diario de la paz y la armonía en su familia. Todo lo que necesitamos para vivir en este mundo es nuestro pan diario (Mateo 6:25-32). Por lo tanto, no dudemos de la ayuda y la provisión de Dios para cada día. Nuestro Dios ya pagó el viaje de nuestra vida.
También, es importante recordar que hay algunas oraciones que Dios no contestará. ¿Cuáles son? Santiago 4:3 dice: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Dios contesta nuestra oraciones cuando somos libres del pecado del orgullo y la soberbia, a través de una relación correcta con él y cuando buscamos su voluntad y sus pensamientos, en lugar de nuestra propia voluntad y nuestros propios razonamientos. Debemos erradicar la avaricia y la codicia.
Mateo 7:11 dice claramente que Dios no rechaza el clamor de sus hijos. Él da cosas buenas, Él da bendiciones, Él hace el bien a su pueblo. Amados, ¿qué necesitan ustedes el día de hoy? Mi esposa y yo, vamos a las células todas las semanas. Aunque estemos cansados, no hayamos dormido bien o aunque los lugares estén lejos. Al regresar casa, damos gracias a Dios porque nos llevó y nos trajo con bien.
Yo le he dicho: “Mi amor, un día vamos a tener un vehículo”. Le hemos pedido a Dios un coche para poder movernos y llevar a cabo el ministerio. Pero aunque Dios no nos ha dado un vehículo aún, nunca nos ha faltado el sustento para ir a las células y predicar el evangelio. Yo sé que un día tendremos un auto propio. Sé que Dios nos va a proveer. Yo he caminado con Él y nunca me ha dejado sin respuesta.
¿Cuál es la necesidad que ustedes tienen? ¡Pídanla a Dios! ¡Pídanle el pan, pídanle todo! Debemos orar por nuestro diario vivir, tal como el Señor nos lo enseñó. Debemos orar cada día. Yo le he pedido a Dios un vehículo. ¿Qué le va a pedir usted?
Los israelitas que habían salido de Egipto recibieron y comieron la cantidad necesaria de maná cada día, mientras pasaban por el desierto. Dios no les dio comida para todo el año de una sola vez. ¿Por qué no lo hizo? Porque él quería caminar con los israelitas cada día. Debe pedir su pan de cada día, todos los días, porque Dios quiere caminar con usted siempre.
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