"Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible." (Marcos 9:23) El obstáculo más grande y la mayor imposibilidad en la vida no se encuentra en las circunstancias negativas, ni en las adversidades ni en las contrariedades que aparecen en nuestro camino, sino en nuestra manera de pensar y en nuestra actitud frente a la vida. En palabras más simple, el límite más grande en la vida está en nuestra mentalidad. No en el entorno, sino dentro de nosotros. Hay una historia que a veces cuento en la iglesia sobre dos hombres que llegaron frente a una pared muy alta que les impedía continuar su camino. El primer hombre miró desanimado el desafío y dijo: “Es imposible, yo nunca podré subir esta pared”. El segundo hombre, miró con entusiasmo y dijo: “Es posible, tiene que haber una manera en la que yo pueda subir esta pared. Después de plantear esta situación a mis oyentes les pregunto: “¿Quién creen ustedes que tuvo razón: el hombre pensó que era imposible o el que pensó que se podía escalar?” Obviamente, las opiniones están divididas. Hay quienes dicen que tuvo razón el que pensó que era imposible y otros dicen que tuvo razón el que creía que era posible superar la barrera. Sin embargo, después de que dejo que haya un pequeño debate le doy la respuesta correcta a la gente: “Ambos”. Ambos tienen razón. Porque así como piensen, así se hará en su vida. Así como ellos lo declaren en su mente y en su corazón, así sucederá en sus vidas personales. La vida se nos presenta en la manera en la que nosotros pensamos. De modo que cuando una persona dice: “No, no creo poder hacerlo, creo que es imposible”, entonces, todas las puertas se cierran y nada se puede hacer. Sin embargo, cuando una persona tiene pensamientos positivos, optimistas y marcados por el entusiasmo, milagrosamente las puertas se abren y un milagro tiene lugar en su medio y en su circunstancia. He descubierto que el mayor problema que enfrentamos actualmente como sociedad no es la pobreza, ni el hambre, ni el desempleo, sino la falta de esperanza, sueños y anhelos. ¿Qué es la esperanza? Es creer que algo bueno sucederá en mi vida. Es creer que algo bueno me espera y que mi condición actual no es mi condición final. La Biblia nos dice que Dios, es un Dios de esperanza. Romanos 15:13 declara lo siguiente: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Dios no quiere que vivamos en la cárcel del negativismo y la fatalidad, confesando por doquier que todo es imposible y que no hay nada que se pueda hacer en nuestras vidas. No. El Dios de la Biblia quiere que tengamos esperanza. Dios quiere que nosotros tengamos sueños y esperanzas en cuanto al futuro. Dios quiere que nosotros pensemos que con su ayuda, es posible salir adelante. Tengo seis años siendo pastor de la iglesia Ascender, y en todos estos años nunca me permití pensar que algo no se pudiera hacer. Más bien me arrodillé, clamé a Dios y le pedí que me diera fe para enfrentar cada desafío que aparecía en mi camino. Puedo decir que he mantenido una mentalidad de posibilidades y esperanzas. Nunca he dicho: “Esto es imposible. Estamos perdidos, no hay nada que podamos hacer”. Siempre le estoy diciendo a la gente de la iglesia: “Crean que es posible. Crean que un milagro va a suceder”. Y no lo digo de labios para afuera, lo digo porque yo me he visto frente a la muralla de la imposibilidad y he tenido que creer en la ayuda de Dios que nos provee todas las cosas. Yo he creído que se puede. Hace 4 años nos reuníamos en la sala de mi casa. Un grupo de 15 personas eran mi iglesia en aquel entonces. Y aunque todo era adverso, yo creí que podíamos crecer y podíamos edificar una iglesia más grande. Hubo quienes me dijeron que lo que yo tenía en mente no se podía hacer. Pero cuando usted dice que algo no se puede hacer, sencillamente no se puede hacer. En 2 Reyes 4, encontramos la historia de una viuda que tenía muchas deudas. Ella vino ante el profeta Eliseo y le pidió su ayuda. Ella se encontraba en medio de grandes deudas al punto de que su acreedor había venido y había tomado como pago a dos hijos suyos. Eliseo le dijo: “Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite” (2 Reyes 4:2). Desde luego, Eliseo no le dio el dinero que ella necesitaba ni le resolvió el problema, sino que le dijo: “Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte” (v. 3-4). Esta mujer así lo hizo. De una manera asombrosa, se llenaron muchas vasijas así. De un solo recipiente salía aceite que llenaba todas las demás. Un milagro tuvo lugar. “Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite” (v. 5). El versículo 6 dice así: “Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite”. Nuestros corazones son como aquellas vasijas. El aceite es la gracia y el poder de Dios. Los milagros dejan de suceder cuando decimos: “Ya no hay más”. Hermanos, tenemos que creer en los milagros. Tenemos que creer que podemos salir adelante y que el poder de Dios irá delante de nosotros abriéndonos camino. Yo creía que era posible. Siempre estuve confesando: “Lo vamos a lograr en Dios”. Siempre le dije a los hermanos de la iglesia: “No hay una razón para pensar que no lo podemos lograr. Soñemos, creamos, actuemos. El poder de Dios nos seguirá después”. Traiga su vasija delante de Dios. Él la llenará con abundancia, poder y milagros, y grandes cosas sucederán. Yo vi milagros en estos últimos seis años. Dios me ayudó a pagar grandes cantidades para la edificación de nuestro templo. Dios proveyó todos los recursos. De modo que, usted crea después orar. Arrodíllese y confiese que con Dios todo es posible. #As #MeditacionesAscender2020 www.ascenderiglesia.com Si deseas recibir los audios de las Meditaciones Ascender en tu celular, envíanos un mensaje de WhatsApp con tu nombre al +5213322061834 ¡Es gratis y siempre lo será!
Piense que es posible
Actualizado: 27 feb 2020
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