Levantemos muros de protección

Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda (Proverbios 25:28).

Una de las cosas más importantes en la guerra espiritual es levantar murallas de protección al rededor de nuestra vida. Así como una ciudad que no tiene murallas, una casa que no tiene puerta, una reja que no tiene candado, puede ser fácilmente invadida, de la misma manera, cuando nosotros no tenemos murallas de protección podemos ser invadidos por nuestro enemigo.

Para vivir una vida victoriosa, debemos aprender a levantar murallas de protección alrededor de nuestras vidas. La construcción de muros de protección es un principio bíblico de la guerra espiritual. En la Biblia hay varios ejemplos en relación a esto. Uno de ellos es Jericó, la ciudad que estaba rodeada por grandes muros. También Nehemías fue movido por Dios para reedificar los muros de Jerusalén. Las ciudades antiguas estaban rodeadas de muros para su defensa militar.

De la misma manera, en nuestra vida personal, debemos edificar muros de protección en nuestra mente y corazón, en nuestra familia y en nuestra iglesia. El proverbista lo dijo en Proverbios 25:28.

He comprobado que la grieta más fuerte por la que el diablo puede dominar a una persona y llevarla a la desgracia, y de la cual muchos no se percatan, está en las propias emociones. Una vida emocionalmente estable es un fuerte muro de protección. Por otro lado, una vida que emocionalmente es inestable será conquistada por el maligno.

No sé si alguna vez lo haya notado, que cuando se siente emocionalmente vulnerable, tiende a decaer en su vida espiritual. Se descuida la oración y la lectura de la Palabra. Incluso uno empieza a faltar a la iglesia. Esta es la obra del diablo. Él trata de desgastarlo emocional y mentalmente para luego entrar a su pensamiento y guiarlo a una vida de pecado y desobediencia a Dios.

Entonces, ¿Cómo podemos levantar muros de protección en nuestra vida? Primero, debemos orar pidiendo fortaleza al Espíritu Santo. Debemos clamar a Dios que nos fortalezca mediante sus recursos gloriosos e inagotables, tal como lo indica Efesios 3:16.

En segundo lugar, levantamos murallas de protección alrededor de nuestra vida cuando tenemos una mente centrada en Dios y en su Palabra. Si usted memoriza la Biblia, comenzando con algunos versículos a la semana, y los repite diariamente tanto en sus tiempos de oración como en la vida cotidiana, el diablo no hallará lugar de entrada en usted. La Biblia dice algo muy importante en el Salmo 119:11. Por ende, cuando la Palabra de Dios está en nuestro corazón, la fortaleza y el poder tienen lugar.

Muchos creyentes no terminan de entender que su mente es como una vasija, la cual siempre se está llenando. Lo interesante es que la mente dirige la vida. Si su mente se encuentra llena de distracciones y pensamientos seculares, no es de extrañar que su vida será dirigida al mundo y al pecado. Así es una mente que no tiene murallas de protección. Aseguremos nuestra mente con la Palabra de Dios y veamos cómo el Señor se vuelve nuestro escudo (Proverbios 30:5).

En síntesis, levante muros de protección en su vida mediante la oración y la Palabra de Dios. Si comienza hoy, su espíritu se fortalecerá y el diablo no podrá ganarle la batalla.

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